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viernes, 11 de marzo de 2011
Primer Viernes de Cuaresma
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La Capilla
viernes, 4 de febrero de 2011
Enero de 1965
Bendición de la Capilla de la Soledad
(queremos dedicar esta entrada al equipo de investigación histórica y documental de la Hermandad, que con su entrega, tesón y perseverancia engrandecen cada día la historia de la Soledad de Alcalá del Río)
(queremos dedicar esta entrada al equipo de investigación histórica y documental de la Hermandad, que con su entrega, tesón y perseverancia engrandecen cada día la historia de la Soledad de Alcalá del Río)
Tras casi una década de restauración y reformas, en el mes de enero de 1965 se reinauguraba la Capilla de la Hermandad de la Soledad. Atrás quedaban casi diez años de traslados: idas y venidas a la parroquia; no sólo para el Septenario sino también para la Bajada (subía a San Gregorio para realizar la Bajada), la Subida , Semana Santa, etc...El altar montado en la Iglesia de la Asunción se ubicaba, no donde lo hemos conocido en las reformas de los años 70, y finales de los 90: en el arco que da paso del presbiterio al altar de la Inmaculada; sino enfrente, en el presbiterio alto, debajo de donde hoy está colocada la vidriera de nuestro patrón San Gregorio. El sencillo altar lo componía una estructura que elevaba a la Virgen por encima de un hueco que hacía las veces de urna para el Señor. Lo demás eran enseres de la hermandad que no sabemos si siempre fueron los mismos o cambiaron alguna vez a lo largo estos diez años. Como ejemplo, traemos esta fotografía de principos de los 60, extraída de un boletín de la Hermandad (septiembre de 1999). En ella vemos que se ha compuesto un dosel con cuatro varales del paso de subir y bajar, una de las capas de los armaos y el faldoncillo del dosel del Septenario. La tablazón sobre la que está la Virgen y el techo de la urna están adornadas por un listelo plateado que formaba parte del moldurón que tenían los pasos cuando se llevaban a hombros (como ocurría entonces). Los demás adornos son candelabros, jarras, cuadros y paños que aún conserva la Hermandad.
Tenemos varios motivos por los que pensar que la fotografía ha sido realizada después de Semana Santa. El más elocuente son las flores de calas que adornan el altar, propias de la primavera y que tradicionalmente exornan el palio de traslados provenientes de los patios y arriates de las hermanas soleanas.También podemos hacer la anterior afirmación por la vestimenta de la Señora, claramente las de salida del Viernes Santo, sólo cambia el manto liso negro. Y también por las flores de cera, tanto grandes como pequeñas, que acompañan a la Virgen en su palio.
El 1 de enero de 1965 se realizó triunfal procesión de regreso a San Gregorio en el paso de palio. El Señor se dispuso a los pies de la Virgen, y le daban luz dos de los faroles de los Freire del s. XVIII. Ya en la próxima Semana Santa se tenía previsto salir a costaleros por lo que se disponía de la parihuela y los respiraderos nuevos para la ocasión. Tal como muestra la siguiente fotografía, el Señor y su Madre se pasearon por vez primera a costaleros por Alcalá aquel día de año nuevo del 65. Podemos observar al cura D. Manuel Ruiz Páez, al mayordomo D. Luis Gallardo, al capataz un tal Sr Cejudo, y de escolta un guardia civil.
Y es que ese día vinieron la Guardia Civil de Eritaña y la banda de Guillena para la procesión. Ni que decir tiene lo difícil que sería hoy en día mover a una banda en año nuevo, e inimaginable es el día de gloria que pasarían nuestros antepasados..., que tal como muestra la foto se echaron a la calle para abarrotar la Laguna como si de un Viernes Santo se tratara.
Esta euforia vivida es lo que muestra la siguiente fotografía, un grupo de hemanos soleanos se retratan delante de un paso de palio "para la historia": donde aún podemos intuir al Señor por el sudario de telas que usaba antes y por su brazo y mano derechos. Sería una vez llegados a la capilla o días después. Dos observaciones haremos a la vestimenta de la Virgen, no llevaba toca de sobremanto, algo tan normal hoy en día, nunca lo hemos visto en fotos antiguas de la Señora en su palio. Y también nos atreveríamos a decir que la saya no es la de Patrocinio López de salida, sino la asimétrica de "la Mataora".
El prestigioso taller de ebanistería de Manuel Casana de Sevilla fue el encargado de realizar los interiores de los arcos, tanto el de entrada como los dos ciegos laterales del interior, a base de casetones tallados y dorados en oro fino sobre fondo burdeos. Pero destaca en esta labor el magnifico artesonado del techo, una obra digna de admiración donde se combinan las formas de acantos, guirnaldas y otros motivos vegetales dorados con pan de oro combinados con la madera en su color, obra del mismo taller.
A la elegancia que dan las paredes forradas de terciopelo burdeos con galones de oro se le une otra obra maestra, sin duda, como es el zócalo de azulejos de la fábrica trianera Ramos Rejano (ver entrada del blog), una explosión de colores vivos con toda clase de motivos vegetales y animales que van enmarcando en cada paño las catorce estaciones del Via-Crucis de nuestro Señor.
Las lampareras a los lados del altar y las vidrieras con ángeles de rodillas encima de éstas crean un ambiente acojedor que invitan a la oración a nuestros Sagrados Titulares tal como rezan en dichas vidrieras: "MATER DOLOROSA, ORA PRO NOBIS".
El retablo regalo a Nuestra Señora en 1816 por la familia Zambrano también fue restaurado y dorado de nuevo en oro, además de añadirsele diversos adornos barrocos a todo el conjunto, algunos de ellos con escudos y símbolos de la Pasíon de Nuestro Señor Jesucristo.
Todos los actos y cultos extraordinarios concluyeron con un solemne y simbólico Besapies y Besamanos el día de la Epifanía del Señor, en el que soleanos y soleanas de todas las clases adoraron al Señor, recién nacido, en el regazo bendito de su Madre, la Reina de Alcalá del Río.
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lunes, 8 de noviembre de 2010
Ramos Rejano
Azulejos de la Capilla,
Fábrica Ramos Rejano.
En 1955 son trasladados Nuestros Amantismos titulares a la Parroquia de Sta. María
de la Asunción por el comienzo de las obras de restauración y reforma de la
Capilla de la Soledad en la Real Ermita de San Gregorio de Osset. Muchos serían los
arreglos y estrenos que durante una década (hasta el 1 de enero de 1965 no fue la
inauguración) se acometieron, tanto de albañilería, como el artesonado, el retablo,
y quizás el más destacado, el zócalo de azulejos de la prestigiosa Fábrica Ramos
Rejano de Triana. No se escatimaría en gastos para darle el máximo esplendor a
la casa del Señor y Su Bendita Madre. En esta ocasión traemos la historia de la
fábrica que realizara el zócalo de azulejos sevillanos, único en Alcalá del Río y obra
maestra de dicho taller:
Esta Fábrica de cerámica radicada en el popular barrio sevillano de Triana fue una de las más prestigiosas del siglo XX. Fundada por Manuel Ramos Rejano en 1895, desarrollaría su actividad hasta 1965, en diversas etapas: la primera, desde 1895 hasta 1922 en que fallece su fundador, continuada desde ese año bajo la razón social "Vda. e Hijos de Ramos Rejano" y posteriormente "Hijos de Ramos Rejano" , aunque popularmente esta industria siempre se ha conocido y nombrado con los apellidos de su fundador, osea, "Ramos Rejano".
D. Manuel Ramos Rejano nació en Palma del Río (Córdoba) el 19 de Octubre de 1851, llegando a Sevilla a la edad de trece años con la intención de ingresar en el ejército, pero al fallarle una previsible recomendación ingresa como dependiente en la ferretería sevillana "El Candado" hasta que cumplió 25 años.
En 1876 pues, guiado por su voluntad de tener comercio propio abre junto con su hermano el Bazar Sevillano, en la calle Tetuán 10 esquina a Muñoz Oliver (donde se vendían juguetes y bisutería fina, y más tarde cerámica). A través de su cuñado, el pintor José Villegas Cordero (1844‑1921), hermano de su esposa, toma contacto con el mundo artístico y de la cerámica para mejorar su negocio. Se relaciona con los ceramistas Francisco Díaz Álvarez, Fernando Soto, los hermanos Jiménez y Mensaque. Tuvo contacto, aunque menos, con José Gestoso y Pérez.
Tras prosperar en su negocio, decide entrar de lleno en la actividad industrial de la cerámica hacia 1895, tras aficionarse a los barros vidriados. Le dedica tiempo y dinero, buscando por encima de todo una alta calidad artística, en un tiempo en que la competencia entre las distintas fábricas era alta.
Su primera fábrica se abre en la zona de los Remedios, al término de unas fábricas de cerámica que lindaban con la factoría de loza de Sandeman McDougall, en San Juan de Aznalfarache. En 1905 la traslada a unos locales en la calle San Jacinto, 101, lugar que ocupa hasta su cierre en 1965. En la calle Tetuán mantuvo el escritorio y venta al público hasta su cierre, en cuya fachada había unos faroles que hoy los encontramos en la Capilla de la Hermandad de la Carretería.
Empezó con un número de operarios cercano a cuarenta, y se fueron incorporando pintores de cerámica como Manuel Vigil‑Escalera y Díaz (tuvo allí su estudio desde 1915 hasta 1938), Enrique Orce Mármol (de 1917 a 1.927), Manuel García Bermúdez, Pedro Navia Campos, Juan Gómez Perea y Manuel Baena Gutiérrez, y poco más tarde Juan Oliver Míguez, su primo Alfonso Chaves Tejada (maestro del taller hasta el cierre de la fábrica), Pedro Lobo de la Vallina, Antonio Díaz Ropero, José Colchero Cano y el escultor Francisco Cluny. En la última época, años sesenta, también colaboró el pintor Antonio Carrera.
José Gestoso califica a Ramos Rejano de "reputado comerciante e inteligente industrial", y resalta el alto valor artístico y la calidad de la producción, caracterizada por la limpieza de los esmaltes, pulcritud y finura de las labores. Obtuvo una perfección inalcanzable en el proceso de dorado y reflejo metálico de las piezas, que los artistas de los siglos XV y XVI habían ejecutado con tanta maestría. Contó en este terreno con el buen hacer de Cándido Arincón, maestro del reflejo. Contribuyó pues a crear una base sólida para la cerámica moderna en el primer cuarto de siglo XX, que perduró. La firma obtuvo entre otros el Gran Premio de la Exposición Iberoamericana de Sevilla (1929) e Internacional de Lieja (1930).
Manuel Ramos Rejano tuvo seis hijos, cuatro varones y dos hembras, y falleció el 26 de Octubre de 1922, en pleno apogeo y éxito profesional que no pudo disfrutar plenamente, pasando la razón social a denominarse Fábrica Viuda e Hijos de Ramos Rejano, e incorporándose su hijo Manuel Ramos Villegas a la dirección hasta el cierre, estudiando Ingeniería Industrial y Ciencias Químicas. A él, que había estudiado ambas carreras universitarias a instancias de su padre para que pudiese continuar y dirigir la empresa con acierto, le corresponde regir la fábrica en la época de la Exposición de 1929, la guerra y la postguerra. Posteriormente, a mediados de siglo, la crisis del sector y las diferencias entre sus sucesores obligaron a cerrarla definitivamente en 1965. Manuel Ramos Villegas falleció en 1970.
Fotografías antiguas y textos: http://www.retabloceramico.net/
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miércoles, 1 de septiembre de 2010
Capilla de la Soledad
Perspectiva de la Capilla de Nuestra Señora, Dibujo realizado por D. Gregorio Velázquez López 1992
Perspectiva del Altar la Capilla de Nuestra Señora, Dibujo realizado por D. Manuel López Flores 1992
Artesonado del techo de la Capilla
Ángel que se encuentra en el interior de la Capilla, fue traído desde Valencia en 1903
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